miércoles, 2 de diciembre de 2015

Nuestra lactancia mixta. ¡Sí, se puede!

La lactancia mixta suele ir asociada a un fracaso previo con la lactancia materna exclusiva, bien por un problema real, o en muchos casos por el desconocimiento de la madre y su entorno sobre la lactancia. Comentarios como "no tienes suficiente leche", "tu leche no debe ser buena", "el niño se queda con hambre",etc, hacen mucho daño y llevan a muchas mamás a introducir algún biberón en la dieta de su hijo, por si acaso.

También hay problemas reales, como las grietas, la mastitis o las perlas de leche, que obligan a algunas mujeres a combinar la leche materna con la de fórmula para reducir el dolor, o bien a decidirse definitivamente por el bibe. Aunque en este tiempo he conocido bastantes valientes, que pese al dolor continúan dando el pecho a su bebé. Me parece admirable.

Y está finalmente el mayor problema de todos: la hipogalactia. Vamos, que de donde no hay no se puede sacar. Y aquí me hallo yo.

Decía que la lactancia mixta suele derivar de un fracaso previo (o frustración) con la lactancia materna, porque la verdad no creo que ninguna se plantee cuando está embarazada que va a dar bibe y teta. Normalmente te decantas por una de las dos opciones. [Si estoy equivocada y hay mamis que eligen está opción de primeras, por favor contádmelo. Me parece muy interesante saber como lo hicieron].

En mi caso, como conté en un post anterior fue bastante complicado. Me sentía totalmente juzgada por usar leche artificial, cuando realmente la primera (y única) que me juzgaba era yo. Me costó mucho asumir que no existía una opción mejor, y todavía de vez en cuando se me encoje el corazón cuando veo a una mamá dando el pecho a su bebé sin necesidad de sacar a continuación un biberón. Eso, y la pereza que me da preparar (y fregar) bibes. Con lo cómodo que es llevar la comida puesta, siempre lista y a la temperatura perfecta. Aunque no todo es malo, las noches son muuucho más llevaderas desde que puedo turnarme con Papá Oso. "Yo teta, tú bibe", y en cuanto le doy al niño , media vuelta y a roncar de nuevo.

Me parecía interesante contar como nos apañamos con la lactancia mixta, ya que yo llegué al mundo de los biberones totalmente perdida y era un tanto frustrante. Tal había sido mi empeño con la lactancia materna que casi me había hecho un master; eso sí, de bibes ni idea.

En el hospital nos enseñaron a dar fórmula a Pajarín con una jeringuilla y una cánula, de modo que cuando se enganchaba al pecho introducíamos la cánula por un ladito e íbamos presionando para que saliera la leche poquito a poco y él siguiera mamando y estimulando. Esta es una muy buena opción si el problema se debe a una subida de leche deficiente, para adaptar la demanda del niño y que el pecho "fabrique" más leche gracias a la estimulación, ya que si directamente metemos un biberón es una toma que quitamos de pecho. Existe un artilugio denominado relactador que hace esto más sencillo, aunque sigue siendo trabajoso. Hay que tener mucha paciencia, y sobre todo muchas ganas.

Obviamente en mi caso descartamos esta opción, ya que mi problema es que no había leche. Aquello no aumentaba ni teniendo al niño todo el día mamando.

Y así nos adentramos en el maravilloso mundo de la lactancia artificial.

1. Elegir biberón.
Ay madre mía! ¿¿Y si se acostumbra al biberón y ya no quiere pecho NUNCA MÁS??Ya sabéis que mi mayor miedo era y es que deje el pecho. Así que cuando empezamos a pedir bibes en el hospital les cambiábamos la tetina por la Calma de Medela.



Esta era la única que conocía, ya que supuestamente es la mejor para combinar con el pecho. Como todo, tiene sus detractores: que es un gran esfuerzo para el bebé, que una vez que al succionar hacen el vacío les cae un chorro igual que con otros bibes, que la forma no se parece al pezón de la madre,... Bueno, esta fue mi opción, y además era el que tenía mi amiga que vivía al lado del hospital. 
Hasta hoy estamos muy contentos. Pajarín puede hacer pausas con el bibe en la boca y si deja de succionar no cae leche. Esto también supone que coma mucho más lento que con un bibe convencional, porque se cansa, se adormila, sino hace bien el vacío puede estar un rato dale que te pego chupando y que no salga nada... Pero ya se come sus 120-140 ml sin problemas.
Me planteé comprar un biberón anticólicos, ya que el tema gases y cólicos era algo que me atormentaba. No sé por qué, yo asociaba cólicos con biberón; y resulta que en este tiempo he conocido bastantes mamis con lactancia materna exclusiva y bebés con cólicos. Pajarín de momento se ha librado (tocamos madera), y es un caja de truenos, por arriba y por abajo, ningún problema para expulsar los gases. En caso de que me hubiera decidido a comprar el bibe anticólicos habría sido el de Dr.Brown o Bebe Due. En el mercado hay varios además de estos dos que proclaman ser anticólicos, pero según me dijeron en la farmacia los únicos que lo son de verdad son estos dos.

2. Elegir leche.
En mi caso fue fácil porque seguí con la que le estaban dando en el hospital: Nutriben Natal 1. Le sentaba bien, así que no me planteé cambiar. Me entraban los miedos con las alergias, la regurgitaciones, el estreñimiento y demás. Aunque estreñimiento tuvimos, pero el tema cacas se merece un post aparte.



He oído hablar bien de Blemil y Almiron, aunque cada niño es un mundo y todo es probar. La mayoría de leches del mercado son de alta calidad y pasan controles muy estrictos.

3. Elegir agua mineral
Parece una tontería, pero yo tenía dudas hasta en esto. Es importante que sea de mineralización muy débil. Suele poner "apta para alimentación infantil". Yo he usado Bezoya y Aquarel de Nestlé.



4. Esterilizador
Nos compramos un esterilizador de microondas de segunda mano (marca Hippos, cinco euritos y muy apañado), porque mi madre puso el grito en el cielo al enterarse de que fregábamos con un jabón especial para tetinas y listo, Así que estuvimos el primer mes esterilizando todo y desde entonces hemos vuelto solo al jabón (hemos comprado el de marca Tigex). Tampoco queremos hiper protegerle y que luego a la mínima se ponga malo.



5. Cómo calentar y temperatura adecuada
Lo ideal es que esté a una temperatura similar a la leche materna, es decir, más o menos a temperatura corporal. Hay quien no recomienda calentar en el microondas, pero en el hospital nos dijeron que lo hacían así, y la verdad nos daba mucha pereza calentar cada bibe al baño maría. Nos regalaron un termo estupendo que usamos tanto cuando nos vamos de paseo como por la noche, así evitamos los paseos a la cocina en cada toma nocturna. De momento no nos hemos comprado calientabiberones, nos vamos apañando así.

6. Alternancia teta y bibe
Yo siempre le ofrezco teta antes que bibe. Hay veces que está media hora mamando y otras que solo cinco minutos. Le doy el bibe cuando suelta el pecho, se pone a protestar y ya no quiere engancharse más.
Hay quien recomienda no usar siempre el mismo patrón y dar el pecho al final o entre medias, pero a nosotros nos funciona muy bien como os he comentado. Aunque como ya os dije también pide teta para dormir, porque tiene gases o simplemente porque quiere calorcito de mami.

7. Cómo dar el biberón
Llevamos toda la vida viendo que el biberón se da con el niño tumbado y el biberón en vertical, así que sin que nadie te haya enseñado lo haces así directamente. Pues no, ¡mal! Cito a la asesora de lactancia de mi grupo de la Liga de Leche: "¿Os imagináis que os tumbaran, os ataran las manos y os metieran en la boca un porrón de vino?" Pues eso.
Nosotros utilizamos la postura del Método Kassing, que además es la recomendada para lactancia mixta. Bebé incorporado (semi sentado) y biberón horizontal. 

Y así es como llevamos prácticamente dos meses. Sigo manteniendo mis gotitas de leche materna, Pajarín se alimenta estupendamente tal y como reflejan sus lorzitas de muslos y brazos y lo más importante, no he dejado de darle el pecho.

¿Hasta cuando podremos mantenerlo? No lo sé, y de momento no me lo planteo ni me lo quiero plantear.





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