viernes, 14 de octubre de 2016

Tal vez, si las cosas se hubieran hecho de otra manera...

Este post debería haberlo dedicado a los regalos del primer cumple de Pajarin, pero será el próximo. Esta semana necesitaba recordar mi peor momento desde que me convertí en madre.


Pajarin tenía una semana y no hacía pis. Si has leído la entrada con la que inicié este blog, seguro que te suena (si no, puedes leer la historia completa aquí). Ayer, 13 de octubre, se cumplía un año desde que nos dieron el alta en el hospital por segunda vez.

No quiero recordarlo como un drama, aunque en ese momento lo fue. Pero, si algo he aprendido a lo largo del tiempo, es que todo pasa por algo, y lamentablemente, aquello tenía que pasar. Desde la distancia, recuperada de aquel trago tan amargo, he sido capaz de analizar cada segundo de aquellos días, de todo lo que no funcionó y de como podría haber actuado si hubiera sabido todo lo que sé ahora, o mejor, como deberían haber actuado los que se suponía qué sabían.

Si me sigues en redes sociales, tal vez has leído que me he empezado a formar como Asesora de Lactancia. Me parece un papel fundamental y necesario en nuestra sociedad actual, en la que estamos desconectados de nuestra naturaleza, ha desaparecido la tribu, y los profesionales, lamentablemente en numerosas ocasiones, confunden en lugar de ayudar.

Sabiendo lo que sé actualmente sobre lactancia materna, me vienen a la mente imágenes de lo que viví en mi primera semana como madre.

El nudo en el estómago con el que llegué al hospital, se unió a las lágrimas y al miedo al decirme que tenían que hacer un análisis de sangre a Pajarin. Las luces, los médicos, las enfermeras, el sacaleches que no sacaba nada. No entendía que estaba pasando y mi pecho se puso muy blando.

Al subir a planta, tras el mal rato con la analítica y dar fórmula por primera vez a mi bebé para que hiciera pis, un enfermero y una auxiliar entraron en la habitación. Las luces, Pajarin llorando, ese enfermero apretándome el pecho con muy poca delicadeza poniendo cara de "aquí no sale nada, pobre bebé". 

Me puse a Pajarin al pecho, que rechazaba bruscamente (desde que llegamos al hospital). Mediante una jeringuilla con una cánula conseguimos que se enganchara (con el correspondiente pellizco de la auxiliar para introducir mi pezón en la boca de Pajarin). Y tras la toma, sacaleches que seguía sin sacar (casi) nada. Y así una y otra vez.

Fueron 48 horas muy complicadas. Para todos. Pero sobre todo para mi. 




Las enfermeras me consolaban al verme llorar: "No te preocupes, yo le di biberón y está genial", "A mi vecina le pasó lo mismo, y oye, que se le va a hacer, sino se puede, no se puede". Y lo reconozco, en ese momento me consolaban, aunque solo por unos minutos. Me comentaron incluso que pasaría el ginécologo para darme la "pastilla que corta la leche".

Una vez nos dieron el alta, nos derivaron a la consulta de lactancia. ¿Ahora? Creo que de nada sirve una consulta de lactancia, con su matrona especializada en el tema, si al entrar por urgencias no hay nadie preparado en el equipo que trata a madre y bebé. 

Tal vez, si las cosas se hubieran hecho de otra manera...

-Negligencia del pediatra que dió el alta a Pajarin, que nos indicó que no nos preocuparamos si en dos o tres días no hacía caca, es normal. [ERROR: con lactancia materna el bebé debe hacer caca. Es un signo muy evidente de que está comiendo, y desaparece el meconio]. Pajarin el tercer día seguía expulsando meconio, pese a tomar teta a demanda.

-Personal en urgencias pediátricas con poco (o nulo) conocimiento sobre lactancia materna. Me dejaron a solas con un sacaleches por primera vez, sin saber como funcionaba (ni yo ni ellxs).

-Poca delicadeza en el trato a la madre puerpera. Demasiadas luces, comentarios poco acertados, manipulación del pecho muy brusco. La oxitocina es taaan importante para la producción de leche, que situaciones traúmaticas, de shock, miedo, etc; pueden hacer mucho daño.

-Me derivaron a la consulta de lactancia tras 48 horas ingresados. Nadie especializado en el tema me trató esos dos días.

La sensación de que has hecho algo más, que eres una niña que no sabe cuidar de su bebé, que eso que tú considerabas tan importante no lo es tanto... La delicadeza en las palabras y el trato de la madre puerpera, de la madre que amamanta, es tan importante, tan necesario...

Menos mal que tenía al grupo de La liga de la leche, en el que me apoyé, y gracias al cual conseguí mantener por un tiempo aquello que para mi era tan necesario. 

Mi lactancia materna podría haber durado una semana; sin embargo la disfrutamos cuatro meses.

martes, 4 de octubre de 2016

Y no recuerdo quien era antes de tí

Un año.
Ya ha pasado un año.

Tan rápido, y a la vez tan lento. 

Días intensos. 

Días de teta, de biberones, de pañales, de vómitos, de siestas sobre mi en el sofá, que con el tiempo se han trasladado a la cama. 

Noches de despertares, de llantos, de "lucha contra el sueño", de dormir abrazados cuando hacía frío e intentar separarme cuando llegó el calor.

Días de sonrisas, de risas, de bailes, de mirarte cuando duermes y dejar que se escape alguna lágrima. Días de cansancio, de muchas cosas por hacer que se quedan casi siempre a medias para leerte "en bucle" un cuento tras otro.

Días que pasan , sin tregua. Días que parecen iguales, pero que nos regalan nuevos gestos, nuevos movimientos,... Días en los que te miro sin que te des cuenta; mientras juegas, mientras exploras... Y entonces te giras y al descubrir mi cara, sonríes. 

366 días. Un año. Ya ha pasado un año. Y no recuerdo quien era antes de tí. 

Las 22:30... A esta hora nos subían por fin a nuestra habitación. Dormimos juntos, te abracé, respirabas tranquilo... 

Feliz primer cumpleaños mi Pajarin.



domingo, 7 de agosto de 2016

Somos las mejores madres para nuestros hijos

Estamos metidos de lleno en pleno verano, y tengo el blog más descuidado que nunca. El calor no me motiva demasiado para sentarme delante del ordenador, así que, aunque debería haberlo hecho hace ya bastantes días, anuncio que...


Cerramos por vacaciones
(hasta nuevo aviso)


Para despedirme como debe ser, os dejo con un post de Andrea ("mi más mejor amiga"); seguro que os hace reflexionar un poquito.


Mucho se habla sobre la confianza, nos enseñan a confiar en la familia, la pareja, los amigos , etc. Pero que poco se nos enseña a confiar en nosotros mismos, en nuestras intuición.

Desde pequeños se hace más hincapié en los errores que en los aciertos, y se valora poco el hecho de "por lo menos haberlo intentado". Esto solo consigue que seamos adultos inseguros, adultos que olvidamos nuestra intuición y además se lo transmitimos a nuestros hijos.

Por alguna razón, cuando somos madres, esta desconfianza hacia nosotras mismas se acrecenta: desconfiamos en poder hacerlo bien, desconfiamos de nuestro instinto e incluso, en ocasiones, desconfiamos de ser buenas madres. Lloramos, nos frustramos y creemos que todos saben hacerlo mejor que nosotras mismas. 

Pero la gran realidad es que somos las mejores madres para nuestros hijos, y si queremos que ellos sean personas con confianza hacia sí mismos, lo más importante es demostrarlo con el ejemplo. Crecer con una madre confiada y segura de sí misma, hará niñ@s más seguros.




Tampoco ayuda que nuestro alrededor nos cuestione (sobre todo entre mujeres) Ayudémonos a nosotras y a las demás a confiar en nuestra intuición. Apoyémonos sin juzgar, demos consejos (siempre que sean pedidos) desde el amor.

Vamos hacer juntas un trabajo de autoconfianza, confiemos más en nosotras mismas y ayudemos a otras mujeres de nuestro alrededor a creer en ellas.


Andrea

miércoles, 20 de julio de 2016

Mi primer día

20 de julio de 2015. 

Primer día sin ir a trabajar. Barrigón de los buenos y calor infernal en Madrid. No podía imaginarme que un año después seguiría sin sentarme en mi mesa rodeada de montañas de papeles.

Un año ya sin ir a trabajar, ¡y se me ha hecho corto! 

Hasta el nacimiento de Pajarin fueron días de descanso, de intentar dedicarme algo de tiempo, de leer, de aprender, pero también de nervios, de obras, de mudanza y de muchísimo calor (elegí el verano más caluroso del año para pasear mi "bombo").

Y hoy, si miro hacia atrás, puedo decir sin equivocarme, que ya no soy la misma. Físicamente me parezco, pero personalmente he cambiado tanto... "La revolución de la maternidad" lo llaman. Ser consciente de lo que significa ser madre, de disfrutar e implicarme plenamente en la crianza, de intentar estar lo más presente posible para mi hijo en su primer año de vida, y sobre todo, de cambiar mis prioridades.



Que poca importancia tienen ahora las cien mil nimiedades por las que daba vueltas y vueltas a la cabeza. 

Que poco sentido tiene el acudir diariamente a un trabajo que no te gusta, te quita horas de vida y te llena de inquietud y tensión (ojo! que el dinero no crece en los árboles, y si hay que ir se va, pero dándole la importancia justa).

Que enriquecedor es aprender. Nunca sabemos lo suficiente, y en mi caso la crianza y la maternidad me han abierto nuevos mundos que investigar.

Que bonito disfrutar cada día al lado de nuestros hijxs: su evolución, sus juegos, sus miradas... Bonito y agotador. Probablemente estaría menos agotada (y desesperada a veces) si pasara 7-8 horas al día sentada en mi mesa de la oficina rodeada de papeles, pero la vida sería mucho menos interesante.



Que importante replantearse el estilo de vida, la ciudad donde vivir, el trabajo al que dedicarse, hasta el tipo de alimentación... Por ellxs, porque son lo más maravilloso de nuestra vida.



viernes, 8 de julio de 2016

¡Mundo, no me etiquetes!

Andrea es "mi más mejor amiga" y se estrena como colaboradora del blog con sus reflexiones sobre crianza respetuosa y educación emocional. Se ha formado en Coaching y Reiki y tiene una niña preciosa de tres años, con la que descubrió que otro tipo de educación y crianza es posible.



En mi primer post me gustaría tratar un tema bastante “normalizado” en nuestra sociedad: "etiquetar".

Según la R.A.E: 3. tr. Asignar a alguien o algo una etiqueta.

En sí, no sería nada malo si no lo usáramos con tanta frecuencia, y más cuando se trata de palabras negativas hacia nuestros niñxs o adultos.

Nos hemos acostumbrado a escuchar: “Juanito es un trasto” (un vago, un listillo, etc) o mucho peor, escuchar como a niñxs se les dice cosas del tipo: “eres tonto”, “eres un pesado”. Con esto conseguimos frustrar al niñx a quien se dirige el comentario, sin tener en cuenta además que es una forma de maltrato.

Un niñx puede decirnos mucho con su forma de actuar, pero si le encasillamos y no le damos la importancia que se debe, no descubriremos que hay más allá de ese “mal comportamiento”.

Soy una fiel creyente del poder de las palabras. Debemos tener especial cuidado cuando nos referimos a los demás, ya que nuestras definiciones hacia otros no son más que nuestra percepción de ellos.

Un psicólogo de la escuela infantil de mi hija, en una charla reciente, pidió a todos los padres que escribiéramos las características que definen a nuestros niñxs de 3 años. Mi chico y yo escribimos la misma palabra: “tímida”. Inconscientemente, ambos estábamos utilizando con bastante frecuencia esta palabra. El psicólogo nos animó a todos los padres a “darle la vuelta” a estas palabras "menos positivas" y cambiar la visión para que de tanto repetirlas no las convirtiéramos en una verdad absoluta.

Nosotros la cambiamos por “observadora”. Desde aquel momento nos dejó de preocupar su “timidez” (que además es una característica habitual de algunos niños de 2-4 años) y empezamos a valorar lo observadora que es ante cualquier situación. En el momento en que se siente cómoda, aparece la niña risueña y alegre habitual.

Os animo hacer este ejercicio con vuestros niños, ¡a nosotros nos ayudó mucho!

¿Utilizáis muchas etiquetas?¿Tenéis algún truco para evitarlas?


Andrea

lunes, 4 de julio de 2016

18 meses. La exterogestación

18 meses juntos.

Hoy hace nueve meses que llegaste, puntual, tranquilo, curioso. Nueve meses en los que apenas nos hemos separado, porque tú me necesitabas, porque yo te necesitaba.
Ahora recorres la casa velozmente, de una punta a otra, metiendo la mano en el cubo de la fregona, sacando carpetas de cajones, desordenando el poco orden que me caracteriza, lanzándote de cabeza desde la cama, trepándome emocionado y descubriendo cada nuevo alimento con más ilusión y curiosidad que el anterior.
Como has crecido bebé. Qué felicidad verte descubrir, moverte, ser autónomo,..., pero a la vez tan dependiente.




El embarazo de la mujer tiene una duración de 40 semanas (entre 38 y 42 mejor dicho), un tiempo insuficiente para la gestación de un ser humano. Esto se debe a la evolución, ya que al ponernos de pie, las caderas se estrecharon para permitirnos caminar erguidas (bipedestación). Además, el tamaño del cerebro aumentó, y por consiguiente el de la cabeza. Esto supuso, que para permitir la salida por el canal de parto del bebé, se viera reducida la duración del embarazo y por lo tanto la madurez de sus sistemas.

Un recién nacido no es capaz de sobrevivir por sí mismo fuera del útero; necesita alimento, protección y contacto físico; un entorno lo más parecido al que le ha albergado durante sus primeros nueve meses. 

La exterogestación es el periodo de nueve meses inmediatamente posteriores al nacimiento del bebé. Es un periodo en el que tendrá que adaptarse poco a poco al mundo extrauterino y seguirá desarrollándose. Su cerebro continuará creciendo y madurando, creando conexiones neuronales. Por eso son tan importantes las vivencias de los primeros años, sobre todo del primero. No lo recordarán, pero si determinarán en gran parte su base emocial futura.

Mantener un ambiente similar al del útero para nuestro bebé, es tan simple como portearle, alimentarle a demanda, protegerle del frío y del calor, calmar su llanto, tenerle en brazos, contacto piel con piel...

Es aproximadamente a los nueves meses cuando empezará a interactuar y relacionarse con su entorno, y será precisamente esa crianza en brazos, ese contacto durante la exterogestación, lo que generará en él/ella una mayor confianza para explorar y descubrir todo lo que el mundo puede ofrecerle.


lunes, 20 de junio de 2016

Lo que he aprendido de la fiebre

Tras una semana complicada, puedo retomar el blog. Tengo unos veinte minutos antes de que los de la obra corten la luz a todo el edificio, así que intentaré ser breve para que me de tiempo.

El martes, tras una larga siesta, noté a Pajarin algo caliente. Es increíble el sensor maternal de temperatura, no falla. Pajarin solo ha tenido fiebre una vez en sus casi nueve meses de vida. Bueno, no llegó a 38 grados, por lo que se considera febrícula, y fue a raíz de las vacunas de los cuatro meses. Él ni se enteró (ni Papá Oso tampoco), y yo me pasé toda la noche termómetro en mano controlando si le subía.



En fin, martes por la tarde y Pajarin con 38. "Qué raro... Si aparentemente no está malo". Ni mocos, ni dolor de oídos (al tocarle no le molestaban), cacas normales (Ay! Las cacas! Cuánta información dan!), pis abundante, estado de ánimo más o menos normal... Le di un baño templado y le porteé en la mochila por casa hasta que se durmió. 

Tres horas después, la fiebre persistía. No soy amiga de dar medicamentos "a la primera de cambio", de hecho en estos nueve meses la caja de paracetamol que compramos por si acaso cuando le pusimos las primeras vacunas, seguía intacta en el cajón, y yo guardaba la esperanza de que se caducara sin haberla abierto. Pero sucumbí. Tres horas sin que le bajara la fiebre y Papá Oso trabajando hasta tarde (Vivan los horarios conciliadores!). Mejor prevenir.

La fiebre le bajó y se durmió bastante pronto después de cenar, aunque a las tres horas se despertó de nuevo con 38,5 y bastante molesto.

No voy a narrar paso por paso los tres días de fiebre, porque transcurrieron de forma similar a éste primero, aunque llegando a 39,6. A las 24 horas fuimos a su pediatra que nos diagnosticó "garganta algo roja y los dientes. Paracetamol cada 8 horas o antes si está molesto". Lo de ir a la pediatra es por pasearme, porque rara vez me aporta información valiosa, y no termino de fiarme de sus diagnósticos.

Tras tres días de fiebre sin apenas síntomas, Pajarin adormilado prácticamente todo el día y temperatura que pese al paracetamol no bajaba de 37,5, decidimos ir a Urgencias. No soy partidaria de ir a Urgencias si no es algo grave de verdad, y creo que nos adelantamos; pero, la inexperiencia con la fiebre y la poca confianza en nuestra pediatra no nos dejaba alternativa.

Tras tres horas en Urgencias, volvimos a casa más tranquilos. No había infección en la orina, y todo estaba bien, a excepción de la garganta algo roja (deduzco que es por los gritos que da habitualmente).



Y como a Ley de Murpy nunca falla, esa tarde-noche desapareció la fiebre y nunca más volvió. ¿Milagro? No, "exantema súbito", una infección vírica que provoca fiebre durante tres días sin más síntomas relacionados, y desaparece bruscamente dando paso a una erupción (exantema) que en Pajarin ha sido muy leve, que no molesta ni pica y que al presionar con los dedos "blanquea". 

A raíz de estos días de termómetro, paracetamol y fiebre, he sacado algunas conclusiones que quiero compartir, porque quién sabe, lo mismo pueden venirte bien en algún momento.

1. Fiebre. Su aparición asusta, porque significa que una infección la acompaña. Es la reacción del cuerpo ante esos "extraños" que se han colado sin permiso y su forma de luchar para eliminarlos. Si administramos inmediatamente un antitérmico para bajarla o baños y toallitas frías buscando este mismo efecto, puede que estemos logrando un objetivo contrario al que pretendemos. La baja temperatura permite a esos "bichitos" seguir viviendo e impedimos la reacción natural del cuerpo. Por lo que, observa a tu hijx, si su estado es normal (dentro de lo que cabe porque la fiebre agota), no está molesto y no supera los 38,5, evita darle medicamentos. Por prevenir, o por nuestra propia angustia, solemos recurrir a ellos antes de tiempo.

2. Una infección vírica dura 3-4 días, por lo que tenemos que esperar a que remita. Si supera este plazo puede ser una bacteria, que entonces necesitará tratamiento. La paciencia es complicada en estos casos y se nos pasan por la cabeza todas las enfermedades raras del mundos. Respira, observale y controla su evolución.

3. Los brazos son la mejor solución. Intenta mantener el contacto el máximo tiempo posible. El cuerpo de la madre ayuda al bebé a regular su temperatura, por lo tanto no temas estar pegada a él/ella. Es posible que acabes sudando, pero estará más tranquilx y le podrás controlar mejor.



4. El mejor termómetro, el de toda la vida. Olvídate de infrarrojos, termómetros de frente y de oído, y los que dan la temperatura en 30 segundos. Yo tengo uno de estos últimos y he terminado por utilizar el normal, ya que varias veces me tocó contrastar la temperatura porque no me cuadraba. Tampoco te fíes de controlar su temperatura con tus labios en su frente o tocándole la nuca; esto te puede dar una idea de si tiene fiebre o no, pero el termómetro puede sorprenderte y que sea más alta de lo que aparentemente parecía.

5. Los medicamentos no le gustan a nadie, a tu bebé tampoco. Su sabor normalmente no es agradable, por lo que, aunque los de niños están preparados para que su administración sea más sencilla, prepárate canciones, caras y ruidos que le llamen la atención y le hagan olvidarse de eso tan "asqueroso" que acabas de meterle en la boca. 

6. Los dientes no dan fiebre. Hazme caso, es un mito, y probablemente, si tu hijo tiene fiebre entre los 4 y los 18 meses, más de unx te dirá que son los dientes, incluso tu pediatra. La salida de los dientes abre una puerta de entrada a virus y bacterias, por lo que los bebés están más expuestos a ponerse malitos. Si a esto le unimos unos días bajos de defensas y unos cambios de tiempo que dejan "tieso" a cualquiera, es posible que enferme, y lo mismo le coincide con la salida de un diente, pero éste no es el culpable.

7. Ver a tu hijx enfermo es duro. Se hace un nudo en el estómago y solo deseas que mejore pronto y vuelva a dar esos gritos que te vuelven loca a diario. Respira, acompáñale y confía, acabará pasando.


martes, 7 de junio de 2016

Todo lo que tu bebé NO necesita

Ayer me decidí a hacer limpieza del revistero. Estaba lleno de revistas sin leer y sin vistas de leerlas próximamente. En el fondo encontré algunas que me compré estando embarazada, entre ellas una "Guía del bebé de 0 a 12 meses", con un gran número de páginas dedicadas a "Todo lo que necesitas". "¡Madre mía!", pensé, que agobio cuando estás embarazada y empiezas a ver una lista sin fin de cosas que necesitas. Es verdad que gran parte de ellas te las regalaran, pero no deja de ser una losa sobre los hombros de los futuros padres el pensar en un nuevo miembro de la familia y lo que supondrá para su, casi siempre, ajustado presupuesto.

Desde que abrí el blog tenía pensado escribir un post sobre "nuestros imprescindibles". Soy una loca de las listas y estando embarazada hice varias sobre las que iba chequeando lo que iba acumulando para el bebé que estaba en camino.

Pues bien, he decidido cambiar la visión y escribir sobre "Todo lo que NO necesita tu bebé". Desde que Pajarin llegó a mi vida he cambiado mucho, he leído, me he informado, y sobre todo he seguido mi instinto y las necesidades de mi hijo. Un bebé no necesita casi nada, tener un bebé no supone una gran inversión. Un bebé necesita a sus padres, mucho amor y sobre todo, mucho tiempo. Olvida invertir miles de euros comprando todos los complementos y accesorios que te dicen que "necesitas" y guardalo, por ejemplo, para pedirte unos meses de excedencia.

-Minicuna y cuna:
Si tienes pensado practicar colecho en vuestra cama no te harán falta, y en caso de que te de miedo dormir con un ser tan pequeñito (a nosotros nos lo daba y ya son ocho meses durmiendo juntos), comprate solo la cuna grande. La puedes apañar para que sea de colecho (creo que hay tutoriales hasta en youtube con cunas de Ikea) y te servirá mucho más tiempo.


De las cunas de viaje ni hablo, porque salvo que pases largas temporadas fuera de casa, la considero totalmente innecesaria. En algunos hoteles tienen, y sino para unos días puede dormir con vosotros sin problema (si es que no lo hace normalmente).

-Cambiador:
Nuestro cambiador es una cómoda con una colchoneta encima. Ya que tienes un mueble ocupando sitio, por lo menos que sirva para algo más que para cambiar al bebé. De todas formas, tampoco lo considero algo imprescindible. Acabaras cambiando a tu bebé en vuestra cama, en el suelo, en el sofá, sobre tus rodillas, etc. El cambiador es cómodo para los adultos porque no te partes la espalda agachándote, pero llegará un momento que según le tumbes en él se cabree. No tiene libertad de movimiento y cuando entran en la etapa de "no parar", se convierte en su peor enemigo.

-Carrito/Cochecito:
Es una de las grandes inversiones para muchos padres. Casi me "caigo de culo" cuando vi el precio de algunos de ellos. El nuestro es de segunda mano y apenas lo hemos usado una docena de veces. El porteo hace que el carrito se convierta en un trasto cogiendo polvo y ocupando sitio (pero oye, queda muy mono en la habitación de Pajarin, que apenas se usa). Si tienes pensado portear (inténtalo de verdad, es genial), no inviertas demasiado en un carro, puede que ni lo uses. También depende de las circunstancias de cada familia y el lugar donde vivan. Nuestro tercero sin ascensor, vivir en una zona céntrica de Madrid y movernos en transporte público, hace que el carro nos complique mucho la vida.


-Hamaca:
Totalmente prescindible, y de hecho, poco recomendable. A nosotros nos dejaron una y la hemos usado cuatro o cinco veces para tener a Pajarin cerca y "entretenido". La hamaca impide el movimiento libre del bebé y cuando es muy pequeño no le permite mantener la curvatura natural de su columna. Mejor brazos, suelo o portabebés.

-Biberones:
Si vas a dar el pecho no te compres biberones. Igual en un futuro lo necesitas para irte un día y que le den tu leche. Tranquila, ya lo compraras, los hay en todas las farmacias.

-Esterilizador:
Lo mismo, si vas a dar el pecho no te lo compres, es innecesario. Y si das biberones, tampo es imprescindible. Se puede esterilizar como toda la vida en una olla. Nosotros nos compramos uno muy baratito de segunda mano que al mes revendimos. No es bueno esterilizar tanto. Lo usamos el primer mes, por eso de que "todo te da miedo" y listo.

-Chupetes:
Realmente no son necesarios. Es una "imitación" del pezón de la madre para calmar al bebe, y durante las primeras semanas es desaconsejable su uso, por lo menos hasta que esté establecida la lactancia. Puedes comprar un par, por si acaso, pero no te recomiendo que tengas muchos más. Nosotros nos juntamos con casi 20 chupetes, de los que Pajarin ha usado dos, porque le gusta solo un modelo de tetina.

-Vigilabebés:
Sí, lo tenemos, y lo hemos usado una vez, en Navidad y porque había gente en casa y mucho jaleo. Cuando te conviertes en padre/madre se te afina el oído de forma increíble, y salvo que vivas en una casa grande, totalmente innecesario.

-Cosmética: jabones, colonias, cremas,...
Un recién nacido no necesita nada de esto. De hecho, cuando más tarde le bañes mucho mejor. A Pajarin "nos enseñaron" a bañarle en el hospital a las 24h de haber nacido, y es algo que no quiero hacer con mi próximo/s hij@/s. Los bebés nacen recubiertos de una grasita llamada vérnix que cuanto más tiempo la conserven mucho mejor. Un bebé no se ensucia, ni suda, no hace falta que le bañes a diario, de hecho cuanto menos le bañes mejor. Puedes comprar un aceite natural (de caléndula, de almendras) para echarlo en el agua, y nada más. Evita químicos, jabones y sobre todo colonias. La suya y la tuya. El olor es muy importante los primeros meses, no lo cubras con alcoholes y perfumes.

-Trona:
Hasta los seis o siete meses no la va a usar, evita llenarte de trastos desde antes de que nazca.



Por lo tanto, hay solo unas cuantas cosas básicas que vas a necesitar:

-Ropita:
No te vuelvas loc@ y compra con cabeza. Crecen muy rápido y se les queda todo pequeño enseguida. Bodys, pijamas y algún conjunto (Importante! Si vas a portear que los pantaloncitos o trajes no tengan pies). Desde mi experiencia, y para el tiempo que lo usan, Primark o Kiabi son las mejores alternativas.

-Portabebés:
Fundamental desde el primer día. Tu bebé necesita estar pegado a ti y que su "nuevo mundo" no se diferencie demasiado del útero, donde lleva nueve meses. Además es estupendo para la subida de la leche. Lo mejor para empezar, un fular elástico. Te recomiendo Red Canguro para que te asesoren y descubras el maravilloso mundo del porteo. Hay un amplio mercado de segundamano.
Por favor, que se venda en el Corte Inglés no quiere decir que sea bueno. Las mochilas de marcas como Chicco, Stokke, BabyBjorn, etc, no son buenas para tu bebé, ni para el porteador. No son ergonómicas, infórmate antes de comprar.



-Silla de coche:
Esta es para mi la gran inversión. Una silla a contramarcha (ACM) ronda los 300-500 €, pero es imprescindible, salva vidas en caso de accidentes. Lo mejor es que compres una que te sirva desde recién nacido, en lugar del típico maxicosi que en unos meses tendrás que renovar (6 meses en nuestro caso).

-Sacaleches:
No es imprescindible, pero si muy útil, y algo que probablemente te acabes comprando tarde o temprano si das el pecho. Los hay de segunda mano, y puedes comprar los tubitos y campanas nuevos en las tiendas de puericultura. Las diferencias de precio son abismales y todo depende de como te apañes. Mi recomendación es el eléctrico frente al manual, pero hay mujeres que con el manual se apañan muy bien, o directamente sin sacaleches, con la mano (en youtube hay vídeos).

-Cojín de lactancia:
No es fundamental, pero a nosotros nos vino muy bien, tanto para darle el pecho como para colocarle dormido en el sofá cuando era pequeñito.

-Bañera:
Necesaria por lo menos hasta que se mantenga sentado solito. Hay decenas de variedades: con o sin patas, plegables, con adaptador de recién nacido, etc. Depende del espacio que tengas y tus preferencias. También hay un amplio mercado de segunda mano.

-Pañales:
Estos si que te van a hacer falta. Aprovecha ofertas tipo 3x2 que sacan hipermercados como Carrefour y tampoco te vuelvas loc@. No sabes que tamaño va a tener tu bebé, y sé de más de una que se ha quedado con pañales guardados porque se le han quedado pequeño. Nosotros a partir de los tres meses empezamos a usar pañales de tela, una inversión que merece la pena, y que con el póximo bebé utilizaremos probablemente desde recién nacido.

Creo que no me dejo nada, bueno sí. En cualquier tienda de puericultura encontrarás miles de cosas "que tu bebé necesita" y que son totalmente prescindibles. Recuerda que tú eres lo más importante, invierte en tiempo.

miércoles, 1 de junio de 2016

La normalización del abuso y maltrato infantil

Hay temas a los que doy mil vueltas antes de escribir sobre ellos, y otros, como éste, que a raíz de un comentario o situación, me empiezan a hervir por dentro y necesito sacarlos cuanto antes.


Ayer apareció esta noticia. Papá Oso y yo somos antitabaco radicales: de adelantar o dejar que pase gente que nos va "ahumando" con su cigarro, a cambiarnos de mesa o sino es posible pedir que dejen de "echarnos el humo". Y por supuesto, ahora que somos padres mucho más. Si no queremos respirar el humo del tabaco, mucho menos que lo haga nuestro hijo.




Si eres (o has sido) fumador, igual piensas que esto es una barbaridad, que dónde vamos a llegar, etc. Según la RAE, maltratar significa "tratar mal a alguien de palabra u obra" y si tenemos en cuenta que "los daños causados por este tipo de tabaquismo en la población infantil van en aumento y es la causa de múltiples enfermedades respiratorias infantiles, como el asma y la neumonía, y de patologías cardíacas graves además de muerte súbita del lactante", parece que tendría bastante sentido lo que plantean los neumólogos.

Cuando era adolescente aún estaba permitido fumar en bares y discotecas, y pese a que me pasaba los fines de semana con dolor de garganta y picor de ojos, era mi elección. Yo decidía ser fumadora pasiva y tender mi ropa en la terraza al llegar a casa para que se le fuera el "pestazo" a tabaco. Sin embargo, ¿eligen los niños ser fumadores pasivos? Se me parte el alma (por no decir que me llevan los demonios) cuando veo un/a padre/madre fumando en el coche con sus hijos dentro y no quiero imaginarme como será "el tema" en su casa. "Es su decisión, son sus hijos", tal vez estás pensando. ¿De verdad es su decisión ocasionar daños a sus hijos? ¿Es falta de información o falta de conciencia?

Según el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos de los Niños: "Es obligación del Estado proteger a los niños de todas las formas de malos tratos perpetradas por padres, madres o cualquiera otra persona responsable de su cuidado, y establecer medidas preventivas y de tratamiento al respecto." Alguien tiene que proteger a los niños si no lo hacen sus padres.

Voy a aprovechar que me he metido en el fango, para embarrarme del todo. 

Ya que comentaba el significado de maltratar, quiero hacerlo también de la palabra abusar, que según la RAE es "hacer objeto de trato deshonesto a una persona de menor experiencia, fuerza o poder."

Si tenemos en cuenta los significados de maltratar y abusar, parece que podrían aplicarse en muchos casos a situaciones relacionadas con la infancia. 

Recuerdo como Rosa Jové me hizo entender en su conferencia sobre los Derechos de los Niños que algo no iba bien. "A éste seguro que sus padres no le dieron un guantazo cuando se lo merecía", "Un azote a tiempo es  lo que le hace falta". Lo reconozco, estos comentarios los he hecho yo, y no una ni dos veces; bastantes. Tenemos la violencia contra la infancia tan normalizada que da miedo. No somos conscientes de que el castigo físico atenta contra los derechos del niñ@.

Piensa esto: Si las medidas utilizada para castigar a un niño se dirigieran contra un adulto, contituirían una agresión denunciable. No solamente a nivel de castigo físico, sino el menosprecio, la humillación, las amenazas, la ridiculización,...

"Es para evitar males mayores"
"Me duele más a mí"
"A mi también me pegaron y tan mal no he salido" (¿de verdad?)

Por favor, dejemos de normalizar la violencia contra los niños, las faltas de respeto, dejemos de tratarlos como ciudadanos de segunda. Son personas, como tú, como yo. Si lloras esperas que alguien te consuele (sobre todo si se trata de tus padres), si tu pareja te da una mala contestación no le das un bofetón (podría denunciarte y está en todo su derecho), si haces algo mal en el trabajo no te ridiculizan o menosprecian delante de tus compañeros (y si es así, denuncia!).

Si condenas la violencia en el fútbol, en la política, en la sociedad en general,... ¿por qué pegas a tu hijo? ¿por qué le ignoras, le menosprecias, le gritas o le amenazas? No tiene sentido. Son parte de ti, tan esperados, tan queridos,... La violencia solo enseña violencia. Tenemos que aprender a educar sin castigar, hay herramientas y recursos para hacerlo, y de verdad, merece la pena.


viernes, 27 de mayo de 2016

De la mano de Alba de LactApp

Me recomendaron una aplicación para el móvil sobre lactancia, cuando comencé a tener "problemillas" con mi producción, ya que tal vez podía ayudarme (ay! Ojalá hubiérais sido mi solución!). LactApp es una aplicación disponible para Ios y Android, a través de la cual se pueden realizar consultas, hacer tests de lactancia, acceder a información actualizada y de calidad (lo recalco, porque en muchas ocasiones los profesionales que nos atienden no cumplen esto),y lo más importante que una Consultora Internacional de Lactancia (IBCLC), como Alba, nos atienda directamente a través de nuestro móvil o Ipad.

He de reconocer que como mi lactancia finalizó más pronto de lo esperado (y deseado), no he tenido la necesidad de recurrir demasiado a la aplicación, aunque me parece algo muy necesario y recomendable para todas aquellas madres que dan (o quieren dar) el pecho.

También puedes seguir sus perfiles en redes sociales y leer su blog, donde comparten experiencias de otras madres (como la mía), entrevistas, información muy valiosa y sobre todo con un lenguaje claro y sencillo, donde no caben interpretaciones ambigüas.

Me encantan sus "memes" en redes sociales derribando mitos :) Siempre me sacan una sonrisa (y alguna carcajada).



Alba es IBCLC, es decir, Consultora Internacional de Lactancia (certificada). Es un pozo de sabiduría sobre la lactancia, y tenía muchas ganas de conocerla un poquito más. Aquí tienes su entrevista. ¡Gracias Alba!


Nombre
Alba Padró Arocas


¿Dónde naciste y dónde vives actualmente?
Nací en Manresa, ahora vivo en Barcelona


¿Cuántos hijos tienes y de qué edades?
Tengo dos hijas de 16 y 11 años


¿A qué te dedicas?
Tengo un negocio familiar que me da de comer, y mi pasión, que es la lactancia materna, que me hace feliz.


¿A qué te dedicabas antes de ser madre? 
Era estudiante, fui madre muy joven, a los 23 años ya tenía a mi primera hija. 


¿Cambió tu vida a nivel laboral y emocional cuándo nació tu primer hij@?
Cambió mucho, me tocó dejar mis estudios aparcados para criar a mi hija. No quería renunciar a ello. A nivel emocional me sentí muy sola al principio ya que mis amigas no eran madres y no tenía a nadie con quién compartir la crianza. Entrar en los grupos de apoyo a la lactancia me permitió crecer como madre. 




¿Por qué LactApp? ¿Qué te llevó a crear y creer en este proyecto? ¿Cómo pudiste hacerlo realidad?
Me llevó Maria Berruezo, mi socia,  de la mano. Fue idea suya crear una app que hiciera lo que hago yo, ofrecer respuestas de lactancia a las madres que contactan conmigo. LactApp ha sido un proyecto muy trabajado, muy soñado. Lo estamos haciendo realidad día a día y con la ayuda de todas las madres que nos están acompañando y están viendo que la app tiene sentido.


¿Por qué consideras que hay tantos miedos y “fracasos” en la lactancia materna? 
No existe cultura de la lactancia, nos han alienado de la crianza. La lactancia ha pasado a ser una opción. La falta de información nos hace vulnerables y nos lleva a tomar decisiones poco acertadas. Las madres tiene que estar seguras con lo que hacen, aprender de nuevo a confiar en sus cuerpos y en sus bebés lejos de la publicidad y el marketing que marca unos prototipos de madre muy lejos de la mayoría de realidades.



¿Cómo compaginas tu vida laboral con la maternidad?
Ahora las niñas son mayores y me necesitan menos. Tengo a mi lado a un padre que se ocupa de ellas igual que yo y que suple todo lo que yo detesto: ver pelis de dibujos, ir jugar a la pelota, poner lavadoras,... jeje 
Cuando eran más pequeñas, y al ser autónoma, las podía llevar al trabajo y ajustar mis horarios a sus necesidades.  Y a pesar de trabajar muchas horas al día, he podido verlas crecer. 


¿Cuál crees que es hoy en día el mayor problema al que nos enfrentamos los padres en la crianza de nuestros hijos?
Supongo que el nadar contracorriente, el buscar otro tipo de crianza y relación con tus hijos, el romper “normas” y hacer las cosas diferentes. La presión social es brutal y tienes que tener las ideas muy claras para seguir haciendo lo que crees que debes hacer.


¿Qué le dirías a una mujer embarazada o mamá reciente, que echaste de menos que te dijeran a ti? 
Disfruta, confía, busca iguales, escucha a tu bebé y a ti misma. Y tranquila: hagas lo que hagas lo harás bien. 


Tres pilares fundamentales para una crianza feliz
Amor, amar y tener paciencia


Tus básicos en la etapa maternidad/crianza
- Un libro: "Mi niño no me come", el primer libro en el que me di cuenta que no estaba haciendo las cosas tan mal
- Un portabebés: Mowgli. Lo usé durante muchosss años
- Una escapada: A la Cerdanya (pirineos)
- Un café con…:  nadie...jeje odio el café. Mejor un agua y con cualquiera que tenga algo para explicar
- Un blog (además del tuyo, jiji): http://maters.es/blog/ un blog nuevo
- Una fotografía: El mar o las nubes, tengo centenares de fotos del mar.

martes, 24 de mayo de 2016

Cada gota cuenta. Donación de leche materna

Primer post de Ángela, nueva (y primera) colaboradora del blog. Si te perdiste su presentación en redes sociales, aquí te dejo el vídeo :)



Me estreno como colaboradora del blog con un tema especial, y es que el pasado 19 de mayo fue el Día Mundial de la Donación de Leche Materna.

Sigue siendo aún algo desconocido para muchas familias y, aunque en algunas clases de preparación al parto lo comentan, parece mucho más lejano e inaccesible.

En mi caso, supe que se podía donar leche materna antes de estar embarazada por una compañera de trabajo, ella amamantaba a su hija y se extraía leche para donar, y fue la que me prestó su extractor de leche cuando ya no lo utilizaba.

Tuve claro que quería dar el pecho a mi hijo, me parecía fundamental y leí todo cuanto pude para informarme; pero lo de donar ya me parecía más complicado, aunque también quería intentarlo. 

Tras la subida de leche y ver que me extraía cada día unos 100 ml. por toma, decidí ir al Banco de Leche del Hospital Doce de Octubre. Al llegar me atendió Nadia, neonatóloga y coordinadora del Banco de Leche. Me hizo algunas preguntas (cuánto hacía que había dado a luz, cómo alimentaba a mi bebé, etc.) y me dijo que aún era muy pronto para donar, puesto que la lactancia materna aún no estaba establecida. Aún así, me informó de todo el procedimiento y me invitó a visitar la Unidad de Neonatos. Allí estaba yo, con mis hormonas del postparto a flor de piel, sin mi hijo en mis brazos (estaba con su padre fuera) y viendo a aquellos pequeños grandes guerreros luchando por sobrevivir. Fue desgarrador. Ver a las familias pegadas a las incubadoras, a cuatro enfermeras cambiando el pañal a una niña de apenas 600 gr., a esos bebés llenos de cables y tubos que les ayudaban a mantenerse con vida,... Fue más intenso de lo que jamás hubiese imaginado, y salí de allí convencida de que donaría leche.




Un par de semanas más tarde, cuando la lactancia ya estuvo establecida, y supe que mi hijo se alimentaba de mi leche sin ningún problema, acudí de nuevo al Banco de Leche. Allí me hicieron un cuestionario de salud, una analítica de sangre y me dieron toda la información sobre cómo extraer la leche, cómo congelarla y transportarla y me facilitaron los botes de almacenamiento, pegatinas, gorro, mascarilla y nevera. Sólo quedaba que el resultado de la analítica fuese correcto para empezar a donar. 
A los pocos días me llamaron y me dijeron que podía donar, que los resultados estaban bien. Y ahí empezó “mi historia” con el sacaleches. Primero daba de mamar a mi hijo y al rato, me preparaba para donar (lavarme las manos a conciencia, esterilizar el sacaleches y ponerme gorro y mascarilla) y veía como cada gota que caía en el bote era un empujón más para que esos niños y niñas saliesen pronto del hospital. Hubo días en los que no pude donar y me sentí fatal, otros en los que la producción era menor, apenas me extraía 20 ml. y me parecía que con aquello no aportaba nada y días de 60 ml. y una alegría inmensa que compartíamos en casa.

Al final, el donar leche se convirtió en una rutina más de mi día a día y del de mi familia. Mi hijo “colaboraba” durmiendo una pequeña siesta por la mañana, que yo aprovechaba para extraerme leche, y mi chico, o cuidaba del peque si estaba en casa. o se acercaba al hospital a llevarla. Los dos sabíamos que era lo único que podíamos hacer por esos niños y niñas y que merecía la pena el pequeño esfuerzo.

Desde aquí os animo a todas a que donéis leche materna. Hay una gran demanda, cada vez nacen más niños y niñas que necesitan estar hospitalizados y que en muchas ocasiones, la lactancia materna se complica porque apenas están despiertos. Son tan pequeños que apenas tienen fuerza para succionar y enseguida se cansan,...

A día de hoy hay ocho Bancos de Leche en España y los beneficiarios son niños y niñas prematuros u hospitalizados, pero aún no hay suficientes donantes para poder abrir más bancos y que se puedan ampliar los bebés que se beneficien de la leche materna en el caso de que sus madres no puedan darles el pecho como en el caso de Pajarín.

Aquí podéis encontrar información de los Bancos de Leche que existen.

Y tú, ¿te animas a donar?


Ángela

domingo, 22 de mayo de 2016

Parto respetado. Mi plan de parto

El parto seguro y respetado no es un parto en casa ni un parto hospitalario. Es un parto donde la mujer ha podido elegir, se siente segura, confía en su cuerpo, y el profesional que le atiende, además de conocer y respetar la fisiología femenina, conoce los riesgos de las intervenciones y no las practica de forma injustificada. Pero es también un profesional que sabe escuchar, y detectar si hay algún problema, y si verdaderamente lo hay, sabe informar e intervenir de la mejor manera. En definitiva, conseguir un parto respetado depende más de la filosofía y mentalidad del profesional que atiende que del lugar donde el parto se desarrolle.

Por otro lado independientemente del resultado del parto, si finalmente ha habido o no complicaciones y ha sido necesario intervenir; si este ha sido respetado y la mujer siente que ha sido la protagonista del mismo, que ha participado en la toma de decisiones, que en definitiva el parto es suyo y de su bebé. (El parto es nuestro)

Hoy finaliza la Semana Mundial del Parto Respetado 2016 con el lema "Mi cuerpo, mi decisión, mi bebé", de la que poco eco (más bien nada) se han hecho los medios de comunicación. No somos conscientes de la importancia que tiene cómo llega al mundo nuestro bebé, tanto para nosotras como para él. Tenemos interiorizado que el parto es dolor y lo más repetido cuando llega ese momento es "ay hija, que sea una horita cortita". Nos hemos olvidado de conectar con nuestro cuerpo, con nuestro hij@, que ese día va a hacer uno de los trabajos más duros e importantes de su vida. 



Hemos asumido y tomado como algo normal que el día de nuestro parto nos traten como niñas indefensas, que no saben lo que tienen que hacer, cuando lo que necesitamos es empoderarnos, confiar en nosotras y en nuestro cuerpo para traer a nuestro niñ@ al mundo. (Me encantó este vídeo de Miriam Tirado. Os animo a seguirla, porque es genial).




La violencia obstétrica sigue a la orden del día. Recuerdo comentarios de mi suegra o mi madre sobre lo mal que las hicieron sentir el día de su parto, hablándoles despectivamente, además de permanecer horas en la habitual e incómoda cama de partos y las pertinentes (e innecesarias en la mayoría de los casos) episotomías. Pero esos mismos comentarios referidos a partos de hace 30 años, se siguen escuchando hoy en día. Aún queda mucho trabajo por hacer...

Pretendo preparar otro post desarrollando más ampliamente este tema, incluyendo testimonios de partos no respetados; pero hoy me gustaría aportar mi granito de arena con mi plan de parto. Un plan de parto contiene las indicaciones y deseos de la madre (y padre) para el momento en que de a luz. Aunque lo más importante es informarse. Si quieres un parto respetado, busca un hospital o clínica donde los protocolos coincidan en gran parte con lo que deseas para ese momento. No te dejes llevar por la cercanía o la habitación individual. Eso no tendrá ningún valor si tu parto termina siendo traumático para ti y/o tu bebé. Hoy en día la mayoría de hospitales tienen visitas guiadas o charlas informativas, y sino llama, pregunta, busca en internet experiencias de otras madres. Tu parto es muy importante, es un momento único que recordaras para siempre. Tu hij@ se merece la mejor llegada al mundo posible.


A continuación os dejo el plan de parto que envié al hospital al final de mi embarazo. Realmente, en mi caso, no era necesario, ya que el Hospital de Torrejón desarrollaba practicamente todos los puntos que expongo por protocolo. Sin embargo preferí hacerlo para quedarme más tranquila. La matrona, una vez entré en paritorio se lo leyó, me comentó un par de cuestiones y yo me sentí plenamente confiada. Mi parto fue respetado, yo tomé todas las decisiones, y me informaron en todo momento. (Puedes leer como fue mi parto aquí y aquí).

Mi plan de parto es el documento donde reflejo mis deseos acerca del tipo de asistencia que quiero recibir en el nacimiento de mi hijo.  
Por eso, yo, Raquel XXXX, con DNI nº XXXX y teléfono XXXX presento este plan de parto y nacimiento con fecha 11/09/2015, con el fin de que sea añadido a mi historia clínica y pueda ser leído por los profesionales implicados en la atención de mi parto.
Me gustaría, en el caso de que sea posible, disponer de paritorio con bañera, y que mi pareja, XXXX, con DNI XXXX me acompañe en todo momento.
INGRESO EN EL HOSPITAL
A mi ingreso en el hospital deseo estar acompañada en todo momento por mi pareja, también en la sala de exploraciones de urgencias.
Si ingreso con la bolsa amniótica íntegra:
No autorizo que se me realice una amnioscopia.
No autorizo un registro cardiotocográfico (RCTG).
No autorizo la canalización de una vía venosa.
Autorizo un tacto vaginal.
En el caso de acudir por rotura de bolsa amniótica y no tener contracciones:
No autorizo que se me realice un RCTG para comprobar el bienestar de mi bebé.
No autorizo que se me examine con espéculo vaginal para visualizar el cérvix y salida del líquido amniótico, así como realizar la medición del PH del flujo observado.
No autorizo la realización de un tacto vaginal.
En caso de rotura prematura de membranas a término, líquido amniótico claro y que no se haya desencadenado el parto:
Deseo ser ingresada pero no autorizo la inducción del parto. Deseo esperar 24 horas a que se desencadene de forma espontánea el parto, durante las cuales deseo que se controle el bienestar fetal mediante RCTG ventana y valoración del color y olor del líquido amniótico. Pasadas 24 horas, si no se ha desencadenado el parto, autorizo la inducción del mismo.
Autorizo la administración de antibióticos según protocolo hospitalario.
PERSONAL ASISTENCIAL, INFORMACIÓN E INTIMIDAD
Deseo que todo profesional que me atienda se presente y me explique el motivo de su presencia; y que, en la medida de lo posible, me atienda la misma persona durante todo el proceso.
Deseo ser informada si voy a ser atendida por profesionales en periodo de formación (MIR, matronas en formación...).
Deseo estar informada sobre la evolución del parto y que se me haga partícipe de las decisiones sobre el mismo.
Deseo que durante la dilatación y el parto solamente estén presentes la matrona y/o residente de matrona y/o un auxiliar de enfermería si es necesario. En caso de que suceda algún imprevisto que requiera la intervención de un ginecólogo o un pediatra, entiendo que es necesaria su presencia, pero no deseo que esté presente más personal del necesario.
Deseo dar a luz en un ambiente tranquilo e íntimo (luz tenue, silencio, pocos espectadores...). En caso de querer estar presentes otras personas en mi parto, se solicitará mi consentimiento.
CUIDADOS DURANTE LA DILATACIÓN Y EXPULSIVO
No me administren un enema y no se me rasuren el periné.
Me permitan libertad de movimiento
Me permitan ingerir agua o líquidos claros (té, infusiones, etc...) si el parto progresa adecuadamente.
Deseo esperar a notar ganas de empujar para empezar a pujar y adoptar la posición que me resulte más cómoda. En el caso de tener la epidural, deseo que me faciliten adoptar posturas de lado.
Deseo que no me dirijan los pujos, prefiero pujar de forma espontánea. En el caso de tener la epidural y no percibir las contracciones, entiendo que es necesario que me guíen en los pujos.
Deseo disponer de un espejo (que aportaré yo) para poder ver cómo nace mi bebé.
Deseo sacar al bebe con mis manos en la medida de lo posible.
No autorizo la realización de episiotomía excepto en el caso de sufrimiento fetal agudo para abreviar el expulsivo
No autorizo la realización de la maniobra de Kristeller. 
ADMINISTRACIÓN DE FÁRMACOS
En caso de que necesite algún fármaco, quiero que se me informe y se me consulte previamente.
No autorizo el empleo de oxitocina para acelerar el parto. Sólo autorizo su utilización en caso de inducción, parto estacionado o ausencia de contracciones tras la administración de analgesia epidural.
Autorizo la administración de oxitocina sintética tras el alumbramiento. En caso de alumbramiento de la placenta espontáneo, pérdidas sanguíneas normales y/o que el bebé esté mamando, no deseo la administración de oxitocina sintética después del alumbramiento.
TACTOS VAGINALES
Deseo que los tactos vaginales los realice una misma persona, que se limiten a los estrictamente necesarios y solamente autorizo una persona por tacto vaginal.
En caso de parto estacionado, deseo que en la medida de lo posible, los tactos los realice la misma persona que me ha valorado anteriormente, puesto que es la única que puede comparar y diferenciar con más precisión si ha habido evolución en la dilatación.
CONTROL DE LA FRECUENCIA CARDÍACA FETAL
Deseo que se empleen captores externos para la monitorización de la FCF y las contracciones.
En caso de que el parto sea de bajo riesgo deseo monitorización ventana. En caso de inducción, entiendo que es necesaria la monitorización fetal continua, pero siempre y cuando, la FCF y las contracciones se registren de forma correcta con captores externos, NO AUTORIZO la monitorización interna. 
ROTURA DE BOLSA
No autorizo la rotura de bolsa amniótica para acelerar el parto.
En caso de alteración moderada o grave de la FCF, siempre y cuando la FCF y las contracciones se registren de forma correcta con captores externos, NO AUTORIZO la rotura de la bolsa para la colocación de monitorización interna. 
CORTE DEL CORDÓN UMBILICAL
Deseo que no se corte el cordón umbilical hasta que haya dejado de latir y que si es posible sea mi pareja quien lo corte. 
ATENCIÓN AL RECIÉN NACIDO
No autorizo la separación de mi bebé en ningún momento. Deseo que sea trasladado junto a mi desde el paritorio hasta la habitación en planta hospitalaria y que permanezca en todo momento conmigo.
No deseo su ingreso de rutina en una sala de nido.
No deseo que se realice el baño de mi bebé durante las primeras 24 horas.
Deseo que los cuidados iniciales (vitamina K, pomada ocular antibiótica, etc) de mi bebé, la revisión del pediatra o cualquier otro procedimiento, sea en mi presencia o la de mi pareja. En caso de que no se pueda realizar de esta forma, quiero que se informe del motivo y que se haga constar en la historia clínica.
No autorizo a administrar ningún biberón sin mi consentimiento. 
INDUCCIÓN
En caso de inducción, autorizo la rotura artificial de la bolsa amniótica y el empleo de oxitocina.
No autorizo monitorización interna fetal siempre y cuando las contracciones y la FCF se registren correctamente con captores externos. 
PARTO INSTRUMENTAL
En caso de parto instrumental (fórceps o ventosa), deseo estar acompañada por mi pareja, en todo momento.
En caso de cesárea, deseo que mi pareja este presente acompañándome en el quirófano.
En el caso de que el bebé no presente ninguna complicación, deseo realizar el contacto piel con piel y que no se nos separe en ningún momento.
En caso de cesárea y/o de anestesia general y/o sedación profunda, que me impida atender a mi bebé, y es posible que un profesional me ayude, deseo realizar el contacto piel con piel igualmente y que coloquen al bebé de forma que pueda iniciar la lactancia. Si no es posible conmigo, deseo que lo realice con mi pareja.
En el caso de tener que ser traslado a la Unidad de Neonatos, deseo que esté acompañado en todo momento por mi pareja y si es posible, realice el contacto piel con piel en la misma Unidad.

Madrid, a 11 de septiembre del 2015.