domingo, 6 de diciembre de 2015

Aconséjame por favor

He llegado a la conclusión de que cuando te conviertes en madre te "brota" un cartel luminoso en la frente que dice "ACONSEJAME POR FAVOR, LO NECESITO". Obviamente esto no pasa desapercibido a ojos de nadie. "Pobrecita, necesita que le digamos como tiene que criar a su hijo".
Y lo hacen. Y no solo tu madre o tu suegra que son aficionadas a aconsejar desde que las conoces, también tus cuñadas, la vecina de tu madre, la señora que se cruza contigo en el Mercadona, y un sin fin de mujeres, que no te quieren dejar sola y desamparada en estos difíciles momentos.

Cuando la mujer que aconseja ha sido madre, bueno, lo puedes tolerar más, al fin y al cabo algo de maternidad y crianza sabrá (aunque las cosas con el tiempo han cambiado mucho); pero cuando la que suelta el consejo con una sonrisa, no ha sido madre, ni ha leído nada sobre maternidad, bebés ni crianza, notas como te sube un calor desde el estómago y tienes que morderte la lengua para no mandarla bien lejos con viento fresco. "Déjale llorar, que no pasa nada, si eso ayuda a que se desarrollen los pulmones". Ay alma de cántaro, si te oyera Carlos González...

Es muy típico que te vuelvan loca con si el niño va muy/poco abrigado. A tí en el hospital te dijeron que como tú o una capa más; pues no: "este niño tiene las manos/pies muy fríos". Menos mal que te has informado y puedes zanjar el tema: "Es muy pequeño y aún no tiene el sistema circulatorio desarrollado del todo, por lo que pies y manos pueden estar más fríos. La temperatura se mide en la nuca". Y la nuca de tu bebé tiene una temperatura perfecta!

Otro tema que da lugar a múltiples comentarios es el colecho. Seguramente algunas de nuestras abuelas lo practicaban, y nuestras bisabuelas la mayoría. Se llevarían las manos a la cabeza al ver a bebés recién nacidos dormir separados de sus padres y  en su propia habitación con tan solo unos meses. Pero hoy en día, aunque cada vez está más "de moda", a muchos les parece una locura, y por supuesto te lo hacen saber. "Cómo va a dormir el niño con vosotros! Le vais a aplastar. El niño debería dormir en su cuna"; "Hombre, la cuna al lado de la cama vale, pero que duerma con vosotros me parece excesivo"; "Madre mía, se va a acostumbrar y no va a haber quién le saque de vuestra cama". ¿Hola? ¿He preguntado qué te parece dónde duerme mi hijo? ¡Ay! Perdón, el cartel. Siempre lo olvido...

Ahora que el porteo ha resurgido con fuerza, también es algo sobre lo que comentar: "El niño ahí se va a asfixiar", "Te vas a destrozar la espalda", "Seguro que pasa frío/calor". Aunque he de decir que como es algo que llama bastante la atención, sobre todo con un bebé chiquitín, todo el mundo te mira, y los comentarios suelen ser buenos (menos mal!): "Qué agustito tiene que ir ahí", "Uy qué bien va con el calorcito de su mamá/papá"; "Quién fuera bebé para ir así".

La lactancia es normalmente el tema preferido para comentar, opinar y aconsejar. Con lo difícil que es a veces, y lo difícil que te lo ponen los demás. De esto ya escribí algo en el anterior post, aunque me quedé muy muy corta. La verdad que nuestra lactancia materna exclusiva duró muy poco, pero aún así, me toco escuchar cosas como: "Este niño está todo el día mamando, te usa como chupete", "Mírale, ya está tonteando, quítale", "¿Otra vez le vas a poner? Déjale que llore un poco, que no le pasa nada". 
La lactancia artificial tampoco se libra por supuesto. "¿Otro biberón? Si acaba de comerse uno" "¿Tanta cantidad le haces? Si es muy pequeño" "Esto está muy caliente/frío", "Este niño no tiene hambre, se duerme. Solo quiere tontear".

Y así suma y sigue... Probablemente este tema se merezca otro post en no demasiado tiempo. 

Mientras tanto, consejos que no pido y comentarios que no aportan nada, desaparecen de mi mente en un segundo. No hay mejor crianza que la de una madre que confía en su instinto y sus decisiones.

¿Y tú? ¿Has tenido la suerte de recibir grandes consejos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario