domingo, 30 de septiembre de 2018

Un postparto eterno de lo más variado

A cinco días de que Polluelo cumpla tres meses, creo que por fin puedo cerrar el capítulo del postparto. 
A nivel físico me refiero, porque creo que el postparto a nivel emocional es mucho más largo e incluye a toda la familia, todos tenemos que recolocarnos. 
De hecho, con Pajarin creo que empecé a sentirme cómoda y feliz con la nueva situación entre los tres y cuatro meses postparto; es decir, prácticamente cuando tendría que haberme incorporado a trabajar.

En fin, que me lío. 
¡Menudo postparto señoras y señores! ¡Y me lo quería perder!
Ilusa de mí, yo le tenía miedo a mis emociones, a ese descontrol imposible de controlar provocado por las hormonas, que en este segundo postparto incluía a Pajarin y su adaptación a ser hermano mayor y lo que esto le pudiera provocar.
Este miedo me había acompañado casi todo el embarazo, y al final nada fue como yo pensaba. Así que, toma nota (que yo también lo hago), no te adelantes, todo irá fluyendo.




A nivel físico estaba el tema mioma, que suponía un riesgo añadido para una posible hemorragia en el postparto inmediato, algo que no ocurrió. 
Fue mucho más variado y divertido, y te lo cuento a continuación.

1. Sangrado normal postparto, acompañado de sus correspondientes compresas tocológicas que valen riñón y medio en la farmacia. 

2. Pequeña hemorroide que me daba algo de lata al ir al baño, para lo que reutilicé una crema que me compré para el postparto de Pajarin, en el que también apareció mi pequeña amiga.

3. Quemadura en un dedo con el agua hirviendo para los biberones de Polluelo. Algo que nos puede pasar a cualquiera, pero no era el mejor momento.

4. Visita al dentista con diagnóstico de caries, que claro, hay que empastar cuanto antes. Empaste al canto y cuatro visitas más para retocarlo/corregirlo porque me molestaba y me dolía al masticar. No me lo solucionaron; estoy pendiente de hacerme una endodoncia.

5. Cólicos de gases que me impedían sentarme y veía las estrellas al ponerme encima a Polluelo. Deduje que podía ser del hierro que estaba tomando que no me caía muy bien.

6. Virus gastrointestinal de unas 12 horas, con espectáculo en Elizondo y vuelta rauda y veloz a Pamplona, porque me iba por la patilla.

7. Horrorosos entuertos. Menos mal que duran poco, pero menuda diferencia con el primer postparto.

8. Incontinencia urinaria. Vamos, que "me meaba toa'". Eso me pasó los primeros días y me asusté pensando que me iba a quedar como Concha Velasco. Los solucioné comprándome unos pañales de adulto en Mercadona y tomándomelo con humor, porque a los días se pasó solo. La cosa era que cuando me venían las ganas de hacer pis, yo apretaba hacia dentro digamos, para que no se escapara, pero debía hacerlo al revés y aquello se desbordaba.




9. Dolor, mucho dolor, que yo asocié a una primera regla tras 50 días de sangrado postparto, pero que se fue alargando durante unas seis semanas. Bueno, dolor y sangrado mayor que el del primer mes. Esto finalmente fue provocado por el mioma y le pusieron solución hace apenas cuatro días, operándome. Pero como esto tiene miga, y es una larga historia, tendrá el honor de ser contado en un post exclusivo para este tema.

10. Pinchazos en el pecho derivados de una posible infección o mastitis subaguda, que al parecer suele ocurrir cuando se ponen antibióticos en el parto. En mi caso, me pusieron dos distintos, ambos para prevenir. Uno por la rotura de bolsa y otro porque la ginecóloga "me sacó" la placenta.

Y si no me equivoco, esto fue todo. Suficiente, ¿no?
Reconozco, que viéndolo así todo junto, he estado entretenida estos últimos tres meses. Como si convertirme en bimadre no fuera intenso ya de por sí.
A nivel emocional he estado estupenda y creo que eso es lo que me ha permitido superar cada traba dignamente. Eso sí, el último mes ha sido muy duro, pero realmente ya no era parte del postparto, sino de ese mioma que como he dicho, se ha ganado su post exclusivo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario