lunes, 5 de junio de 2017

Runner a medias

Lo de ser "runner" o "persona que va a correr" (de toda la vida), se ha puesto muy de moda de un tiempo a esta parte, y ya antes de quedarme embarazada de Pajarin me compré el libro "Running para perezosas" con la ilusión de ser una más recorriendo en mallas la ciudad. Un día duré.

Con el cambio de aires y de paisaje, volví a animarme. Lo de ir a hacer deporte al aire libre es mucho más agradable sin calles llenas de gente, coches y contaminación. Llevaba ya un mes aproximadamente yendo a andar (entre media hora y una hora 4-5 días a la semana), y decidí probar. Me sentía algo más ágil, y tal vez era el momento.

El libro "Running para perezosas" va dando pautas para ir aumentando gradualmente el entrenamiento, y llegar a correr una hora seguida en un plazo de 28 días. Se comienza con pequeños intervalos correr-andar, y según avanza el tiempo se van incrementando los minutos de "running". Como yo no he corrido nunca, consideré que lo mejor era repetir cada pauta diaria dos veces, de modo que mi entrenamiento se alargaría, pero daría la posibilidad a mi cuerpo de irse adaptando poco a poco.

Bien, el primer día casi muero. Tras correr un único minuto, necesité dos de andar para reponerme.  Se me salía el corazón por la boca. Aquello no pintaba nada bien. Pero yo, que soy bastante cabezota, me empeñé en que esta vez sí lo iba a conseguir. Y lo conseguí a medias.

Los primeros días me sirvieron para que mi corazón no se desbocara como un caballo loco y era capaz de recuperarme en el tiempo estipulado. Sin embargo aparecieron en escena mis maltrechas rodillas. Me dolían al correr, y si aquello no mejoraba, tendría que dejarlo.

Insistí (como buena Tauro) y poco a poco, y supongo que por fortalecimiento de los músculos de la zona, las rodillas dejaron de doler. No me podía creer lo que estaba consiguiendo, ¡yo corriendo! A ver, corriendo lento sí, pero corriendo. Lo importante no es la velocidad, sino la resistencia, y lo estaba consiguiendo.




Cada vez que superaba con éxito un nuevo día de entrenamiento, aquello era un subidón. Me sentía más ligera, más en forma, más positiva. El deporte nunca ha sido lo mío, y poder medio-disfrutar de correr suponía un gran logro. Digo medio-disfrutar porque muchos días me daba muuucha pereza salir, e incluso correr una vez que estaba en la calle, y. cuando lo hacía miraba el reloj constantemente porque se me hacía eterno.

Decía antes que lo conseguí a medias, porque no he llegado a correr una hora (me quedé en 40 min aproximadamente) y porque lo he dejado. Muy a mi pesar, he perdido el ritmo de entrenamiento que llevaba, hace casi un mes que no corro, y dudo que vuelva a retomarlo. Los turnos de Papá Oso, estar con Pajarin, el calor y el no-efecto en la báscula, han hecho que me desmotive totalmente. 

Correr me supone un gran esfuerzo (logístico, físico y mental), y el no ver efectos en el peso lo llevo bastante mal. 
Sí, lo sé, llevaba poco tiempo. 
Sí, lo sé, para adelgazar también hay que zampar menos. 
Sí, lo sé, correr no es el mejor ejercicio para adelgazar y eso no es lo más importante. 
Supongo que es mi principal excusa como "antideporte" que siempre he sido, y que creo que sigo siendo. Es una pena, pero no me gusta hacer deporte, me supone un esfuerzo, y si no observo resultado en mi cuerpo, me desmotivo.

He de añadir que también me han aportado en este tiempo información nueva sobre el ejercicio idóneo para no impactar en el suelo pélvico y para compensar el "sobre esfuerzo" de portear, y ese ejercicio no es correr, sino andar. Así que supongo que volveré a mis "caminatas de señora", que no es un deporte como tal, pero me muevo más que sentada aquí delante del ordenador.

Para terminar, unos consejos de esta "runner a medias", que me funcionaron en su momento:

-Cascos y música: Algo fundamental para mi. El entrenamiento era totalmente diferente cuando la música era motivante.

-Compartir tu evolución: Con quien quieras, incluso en redes sociales. Parece una tontería, pero somos muy del "que pensará el otro", y a mi compartir la evolución, me servía para irme superando y obligarme a continuar.

-Escucha a tu cuerpo: Es importante estar atent@ a las señales de nuestro cuerpo y como va evolucionando.

-Estira siempre: A mi se me ha olvidado más de un día, y se nota cuando vas a entrenar al día siguiente.

-Descansa: Respeta los descansos que marca el libro (si es que lo sigues) o tu cuerpo, y trata de dormir suficiente. Parece que un día que no entrenas pierdes ritmo, pero al contrario, recuperas energía.


Si yo he podido, de verdad, cualquiera puede. Lo más difícil es proponérselo.

1 comentario:

  1. Naturaleza, ejercicio, disfrutar JUNTO a los peques, ver fauna autóctona en libertad, todo ello es posible. ¿Te atreves? Investiga el deporte de ORIENTACIÓN, apto para todas las edades y condiciones físicas. Sin irte muy lejos, se organizan pruebas cercanas en Euskadi (http://www.cobidea.com/; http://gotorientazioa.org/es/), La Rioja (http://www.orientacron.es/; http://www.rioja-o.es/), Aragón (http://www.orientaragon.com/), y por supuesto Navarra (http://orientaciondeportivonavarra.blogspot.com.es/). Te lo recomienda un vecino y padre de dos peques de menos de 4 años, que van encantados.

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