martes, 10 de octubre de 2017

¡Adiós chupete!

Es posible que me esté arriesgando un poco al escribir este post tan pronto, ya que tan solo han pasado dos semanas del "nuevo hito" alcanzado, pero que le voy a hacer, me gusta el riesgo, y además, creo que este post puede resultaros útil, así que quería compartir la información lo antes posible.


Bien, pues la noticia es... (redoble de tambores) ...que Pajarin ya no usa chupete. ¡Bieeeen! (aplausos)

Hace un par de semanas se celebró en Pamplona el conocido como San Fermín Txikito (sí, lo sé, por aquí siempre hay fiestas), y salía de nuevo la Comparsa de Gigantes (la principal de Pamplona, la misma que sale en San Fermín). Si me seguís en redes sociales, habréis visto que Pajarin es un fan absoluto de ellos. Tenemos imanes, muñecos y libros. ¿Quién necesita a la Patrulla Canina o a Pepa Pig teniendo a los gigantes de Pamplona? :)

En fin, que obviamente no podíamos perder esta oportunidad de volver a verles. Entonces, a mi se me encendió la bombilla. Los gigantes llevan siempre colgando de las manos decenas de chupetes que les entregan los niños, ¿y si se lo proponíamos a Pajarin?

Estábamos a finales de septiembre y en poco más de una semana cumpliría dos años, momento en el cual yo quería empezar a plantearle el retirarlo. Pero, ¿cómo plantearlo? Aunque solo lo utilizaba para dormir desde hacía meses, lo tenía muy asociado a su rutina de irse a la cama, y además mi sensación era de que necesitaba esa succión para relajarse, aunque hay que decir que la conciliación del sueño se había alargado bastante y parecía que esa succión tampoco hacía demasiado efecto. A eso tendríamos que añadir los enfados diarios y negativas constantes a nuestros planteamientos (la querida aDOSlescencia).




Así que unos días antes le di la noticia a Pajarin, ¡íbamos a ver a los gigantes! (¡alegría! ¡alboroto!)
"Oye, ¿te acuerdas que los gigantes llevan siempre un montón de chupetes en las manos? ¿quieres darle los tuyos?"
Dijo que sí, y entonces le explique que si se los dábamos no tendría chupete y le pregunté si podría dormir sin él. Asentía.
Los días previos al "gran evento" le repetí lo mismo varias veces. Él lo tenía claro: "Toko-Toko, Nena (Braulia) [aquí signaba el chupete metiéndose el dedo índice en la boca]. Mi no hay más."
Pero cuando llegó el gran día le empezaron a asaltar las dudas y mi euforia se fue esfumando. No le presioné, simplemente al rato le volví a preguntar. ¡Falsa alarma! ¡Sí quería dárselos!

Y así llegamos al centro y nos sumergimos en la muchedumbre. Le habíamos atado un cordón a sendos chupetes para poder colgárselos a los gigantes en las manos. Pajarin eligió cuál quería darle a Toko-Toko y cuál a Braulia y yo se los coloqué. Su cara era poema, aunque le tocó la mano a uno de ellos y parece que la situación se compenso un poco.





Esa misma tarde, a última hora y corriendo, me acerqué a una farmacia para comprar chupetes de repuesto. La idea era que consiguiera dormirse sin chupete, pero teníamos claro que no íbamos a hacer un drama de aquello, si no estaba preparado no pasaba nada. Por supuesto, Pajarin no sabe de la existencia de esos chupetes. De hecho, les entregamos los únicos que teníamos a los gigantes y de cuya existencia él era consciente. Si hubiéramos entregado solo uno, se habría dado cuenta que faltaba otro y que tenía que estar en casa, seguro.

La primera noche no fue mal, tan solo habló una vez del chupete, contando que se los había dado a los gigantes y no había más. Me sorprendió "lo bien" que lo llevó.

La conciliación del sueño los primeros días fue algo más tediosa, pero como he comentado, ya lo venía siendo de antes, aunque es verdad que sin el chupete se hacía un poco más larga todavía.

En estas dos semanas hemos ido adaptando la rutina de dormir, de modo que ahora los libros nos acompañan a la cama. Se leen en bucle varias veces y según lo cansado que esté, concilia el sueño más pronto o más tarde. ¡Ojo! A mayor cansancio, más tarda en dormirse. Lo ideal es "pillarle" en el momento justo, si se pasa de rosca, vamos mal...

Por último os dejo unas pequeñas recomendaciones sobre la retirada del chupete, basadas principalmente en mi experiencia:

-Observar al niño y sus necesidades. Si utiliza el chupete la mayor parte del día puede ser complicada su retirada. Una buena idea sería reducir su uso a la hora de dormir, o cuando esté muy nervioso.

-Retirarlos de la vista cuando no lo esté usando, de modo que evitemos tentaciones.

-Si queremos retirarlo, evitar que sea una decisión unilateral del adulto. Hacerle partícipe de esa retirada puede facilitar mucho el proceso.

-No tener miedo al fracaso. No es lo ideal, pero puede pasar. Tal vez no es el momento y podremos probar más adelante.

-Tener siempre un chupete de repuesto, por si acaso.

-Cuidado con su necesidad de succión. Si nos adelantamos, es probable que lo sustituya por otro objeto o directamente por el dedo, algo muy complicado de retirar.

-Si estás preocupad@ por los posibles perjuicios que le pueda ocasionar el chupete y crees que no está preparad@ para su retirada, puedes consultar con un/a odontopediatra y/o un/a logopeda, que valore la situación concreta de tu hijx.



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