Pese al continuo dolor de cabeza y la congestión que me tiene atrapada en una montaña de pañuelos, no quiero posponer más esta entrada. Desde que me quedé embarazada mi memoria se ha resentido bastante, y no parece que tenga mucha pinta de remontar.
El fin de semana pasado, tuvimos la gran suerte de acudir a un ciclo de conferencias de Rosa Jové. Las organizaba "Con mirada de niño" en el Hospital de Torrejón, y en ellas Rosa Jové trataba alguno de los temas más controvertidos de la crianza, que ya ha desarrollado en algunos de sus libros más famosos: "Ni rabietas ni conflictos", "La crianza feliz" y "Dormir sin lágrimas".
No puedo seguir escribiendo sin dar un GRACIAS enorme a Ángela (mi alma gemela, jiji), si no es por ella nos lo habríamos perdido.
El sábado comenzó la sesión con uno de los temas más importantes, pero que solemos pasar por alto, "Los derechos de los niños". En la conferencia de las rabietas no cabía un alfiler, en esta no llegábamos a una docena. Y es que como decía la propia Rosa, nos preocupamos más de "que no me deja dormir", o de "las broncas que monta por todo", que de conocer cuáles son sus derechos.
Damos por hecho que en un país del "primer mundo" como el nuestro, los derechos de los niños se respetan totalmente. Sorprende descubrir que no es así.
Únicamente voy a destacar un par de puntos, los que más me llamaron la atención. En primer lugar, que el castigo físico atenta contra los derechos del niño, y con castigo físico nos referimos a cualquier medida para castigar a un niño que si se dirigiera a un adulto, constituiría una agresión ilegal. Rosa explicaba cómo usamos eufemismos para restar importancia al castigo de nuestros hijos: "Es por su bien", "A mí me duele más que a ti", "A mí también me dieron algún azote y no me ha pasado nada", etc. Seguro que a más de un@ os suena.
Me sorprendió mucho el "derecho a jugar", que además debe ser promovido por la sociedad y las autoridades públicas. Sin embargo se ve como una pérdida de tiempo, promoviendo los deberes, en lugar de preocupándonos porque el niño tenga tiempo para jugar.
La segunda conferencia fue "La crianza feliz", libro que por cierto empecé cuando nació Pajarín y que tengo a medias (necesito días de 48h). Trató temas que nos preocupan a todos los padres, y que muchas veces no sabemos cómo afrontar por falta de información. La importancia del contacto para los bebés menores de seis meses, así como la alimentación a demanda; la angustia de separación, el control de esfínteres, la introducción de alimentación complementaria y la evolución del sueño en bebés mayores de seis meses y la comprensión en niños a partir de dos años. No puedo desarrollar mucho más sin extenderme demasiado, por lo que sí te interesa el tema lo mejor es que leas el libro, es muy interesante.
El domingo necesitamos un café doble. La primera conferencia era a las once, y eso con Pajarin supone levantarse a las ocho y media con sus correspondientes despertares nocturnos. La sala estaba llena y no quedaba ni una plaza para la conferencia; tocaba hablar de rabietas. En primer lugar explicó una serie de puntos muy interesantes como que no siempre es culpa de ellos (censuramos en un niño lo que valoramos en un adulto), los modelos del niño (las relaciones de los padres y las relaciones con los padres; los maestros y tutores, la tolerancia de la violencia, etc).
Dividió los conflictos y rabietas en dos grupos: de 0 a 2 años y de 3 a 6 años basando esta clasificación en el lenguaje del niño, teniendo además muy en cuenta la teoría de la mente: Un niño menor de cuatro años (aproximadamente) no puede teorizar, no sabe cómo piensan ni como van a reaccionar los demás, por tanto ni nos "chulea", ni "nos toma el pelo". Explicó cómo actuar en determinadas situaciones conflictivas para evitar que se nos escapen de las manos. La verdad es que la teoría es estupenda, y nosotros aún no hemos tenido que ponerla en práctica. Supone esfuerzo, concienciación y mucha paciencia por parte de los padres (de esto último yo voy un poquito escasa), pero estoy convencida de que con el tiempo merece la pena. Estamos educando a los adultos del mañana, y nuestro arma para cambiar el mundo es nuestra forma de crianza. Un "cachete" o un grito es mucho más rápido, pero el resultado final nunca será el mismo. Otro libro que os recomiendo totalmente: "Ni rabietas ni conflictos".
Por último la conferencia "Dormir sin lágrimas" (este libro también lo tengo a medias). Pese al sopor después de comer, la charla fue muy amena. Quiero citar los tres puntos con los que inició la sesión porque me parecen la base de este tema.
-Falta de sincronía entre horarios del niño y de los padres (ellos, los niños, no tienen la culpa)
-Hacer de lo normal un problema (todos tenemos despertares nocturnos, pero los niños tienen que aprender a gestionarlos)
-Información errónea (hay tanta información errónea... Empezando muchas veces desde los propios pediatras, además de los consejos de familia, vecinas, etc.)
A partir de ahí fue desarrollando la evolución del sueño según la edad del niño y como ayudarle a que irse a dormir no se convierta en un problema.
Fue un fin de semana muy intenso, de aprendizaje, de corroborar que no lo estamos haciendo tan mal, que otro tipo de crianza es posible y que cada vez hay más padres que están dispuestos al cambio.
Finalizo con una frase que me encantó (no recuerdo el autor) sobre la importancia del ejemplo que damos a nuestros hijos:
"Lo que haces me grita tan fuerte, que no puedo escuchar lo que me dices"