El pasado 26 de abril cumplí 31 años, un día especial en el que un año nuevo empieza, el aniversario de mi nacimiento, el inicio de una nueva vuelta al sol.
Miro atrás y me sorprende lo rápido que pasa la vida. Hace nada hablaba sobre mis 30 años , y de repente aquí estoy de nuevo, estrenando número.
Me gusta cumplir años, no solo por la celebración y los regalos (que también), sino por esa sensación de celebrar mi día, el día de mi llegada al mundo.
Y aunque a veces me da vértigo la vida adulta y las responsabilidades que van siendo mayores con la edad, disfruto al ser consciente de mi evolución.
No soy la misma que era hace un año, y probablemente el que viene también seré diferente.
Misma esencia, cuerpo similar y nuevos aprendizajes que me van ayudando a configurar a esta mujer, a esta madre, a esta niña.
Sigo disfrutando, viviendo, eligiendo, dando vueltas al sol en zapatillas, vaqueros, despeinada, y con un pequeño porteado a la espalda.
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