domingo, 17 de abril de 2016

Soy madre. Mide tus palabras

Desde que te quedas embarazada los "opinólogos" se multiplican a tu alrededor; y cuando nace tu bebé la única que parece no saber como cuidarlo eres tú. Es una situación complicada, porque tienes la opción de mandarles callar o bien asentir sin tan siquiera escucharles. Seguramente habrá consejos que te ayuden y personas que te apoyen, pero finalmente tú y tu instinto sois los que tomareis las mejores decisiones.

Los "opinólogos" pueden ser madres como tú o no serlo. 

Aquellas mujeres que no son madres, seguramente te quieran mucho (o no) y solo pretendan apoyarte, pero, lo siento, no tienen ni idea de lo que significa y supone la maternidad. Podrán ayudarte a elegir el color de las sábanas, la ropita o el carro, pero sus consejos y opiniones sobre lactancia, sueño, crianza y demás temas relacionados con el bebé y con tus sentimientos hacia él, rara vez te servirán de algo. Es así, y lo sé porque yo fui "opinóloga" de otras madres cuando yo no lo era. Ofrecía mis opiniones y punto de vista y por detrás criticaba o juzgaba determinadas actuaciones. ¡Ay amiga! Qué poquito sabía de la vida...

Para mi, el peor "opinólogo" que te puedes cruzar es otra madre. Bueno, si es tu madre, tu suegra, tu tía, la vecina del cuarto, etc; no es tan grave, porque probablemente fueron madres hace bastantes años y la crianza ha evolucionado en casi todos sus aspectos. Puede que las escuches (o no), pero sus consejos no calarán demasiado hondo si te has informado y son diametralmente opuestos a tu forma de ver y sentir la maternidad.

El gran problema es cuando el "opinólogo" es una madre "reciente", de tu entorno y con una idea de crianza parecida a la tuya. Cada maternidad, cada bebé, es totalmente distinto (por mucho que nuestro sistema sanitario y educativo pretenda estandarizarlos), y por eso mismo solamente su madre y su padre saben que es lo mejor para él. Y si no lo saben, preguntaran. Y si no preguntan, evita dar consejos. Si se equivocan, será su equivocación y su aprendizaje, y sobre todo su bebé.

Cuando se presenta una situación complicada en la maternidad, es normal que la madre recurra a su entorno para buscar apoyo, cobijo, alguien que le diga que "todo va a ir bien".




Evita decir "no pasa nada", sí pasa, y si te lo está contando es porque le preocupa.

Evita quitar importancia a su situación o su desasosiego. Lo que no tiene importancia para ti, puede tener una gran relevancia para otras personas.

Evita juicios y lecciones. Los "si hubieras...", "si no hubieras...", "ya te dije...", "lo sabía".

Jamás pienses que eres mejor madre que ninguna otra. Todas intentamos hacerlo lo mejor posible dentro de nuestras posibilidades económicas, emocionales y familiares.

Controla esa manía de decir todo lo que piensas. Nos han enseñado que eso se llama sinceridad, pero no todo el mundo necesita que seas tan sincera.

La maternidad es una situación sensible, protagonizada por madres fuertes que se sienten inseguras en muchas ocasiones. Así que, por favor, mide tus palabras.

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